Espiritualidad penitencial y valores de la Tercera Orden Regular

 La Metanoia constituye el centro mismo de la enseñanza de los Evangelios. Su significado no se agota ni con la idea de la vuelta inicial hacia Dios, ni tampoco con la noción de reparación que a menudo se expresa con la palabra “penitencia”. Obra de Dios como de la persona —esta metanoia es en primer lugar un acto de amor de Dios que encuentra su propósito humano en un redirigir de manera radical la propia vida centrándola en la persona de Cristo.

…La metanoia está íntimamente enlazada con el concepto de reconciliación, considera la paz con Dios como inseparable de la paz con el prójimo, y sirve de base para los intentos cristianos de superar la hostilidad y la separación en todos los niveles.

Roland Faley, TOR. “Biblical Considerations on Metanoia.” Analecta TOR 13, No. 123 (19749 13-33) 


Converción

Era un valor de suma importancia en la vida de Francisco así como en la de Clara, que los ayudó a superar el status quo de su tiempo. Nacidos ambos en la riqueza, Francisco y Clara se vieron urgidos los dos a deshacerse de todo aquello que los llevara a alejarse de Cristo. Y lo hicieron siguiendo las huellas de Jesús. Esto conlleva una profunda conversión, ¡un abandono total de la propia vida a Dios poniéndola al servicio de Dios!

Contemplación 

Es fundamental en una vida franciscana —oración que fluye de la sima de una vida interior. Toda la vida de Francisco y Clara estuvo radicada en la oración: el ministerio, la comunidad, la soledad y el silencio, el gozo y el dolor. Al abrazar este valor se nos llama a amar, reverenciar, adorar, servir, alabar, bendecir y glorificar a Dios en nuestra vida.

Pobreza 

Para Francisco y Clara la pobreza era una imagen espejo de la pobreza de Jesús porque Jesús no tuvo “dónde reclinar su cabeza”. Por ello, estamos llamados a vivir nuestra total dependencia de Dios identificándonos con la gente de nuestro alrededor  que es pobre, viviendo un estilo de vida sencillo y compartiendo todo en común. Nuestra pobreza se extiende más allá de la pobreza material y se convierte en una “actitud del corazón.” Al abrazar esta actitud tratamos de identificar las necesidades de los pobres en nuestro mundo y compartir nuestros dones, talentos, ideas, recursos y vida de oración con ellos.

Minoridad 

En los tiempos de Francisco y Clara este término se refería a un estado socioeconómico. Aún habiendo nacido en medio de riquezas, cada uno de estos grandes santos tomó la decisión consciente de ser uno de los minores (menores). Cada uno tuvo una aguda conciencia de “los pequeños de Dios” —de los marginados, de los oprimidos, de los impotentes y excluidos— y se acercó activamente a los “menores” en un servicio lleno de amor. Hoy en día, somos llamados a hacer lo mismo, a buscar a estos “menores” en medio de nosotros y a vivir nuestra vida en solidaridad con ellos.

Regla de Vida de los Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco. (1982, 1997). Comentario escrito por Margaret Carney, OSF y Thaddeus Horgan, SA. Washington, DC: Franciscan Federation.

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